Anabel Pantoja en shock al descubrir los kilos que ha perdido en 'Supervivientes'
La ex concursante ya no tiene su "pantoculo"
Anabel Pantoja está orgullosa de su paso por Supervivientes, de donde se lleva grandes experiencias de superación y una pareja. Le hubiera gustado estar en la final y volver a subirse al helicóptero que tanto miedo le dio hace tres meses, pero no ha podido ser. En el último programa no sonará su nombre, pero sí el de Nacho Palau, Marta Peñate, Ignacio de Borbón y Alejandro Medina.
Ser expulsada no fue lo peor, después Anabel se tuvo que enfrentar a la realidad en su conexión con el plató de Telecinco, donde escuchó cosas que le dejaron hecha polvo, como los comentarios de la madre de Yulen Pereira sobre ella o el accidente de su amiga y defensora Belén Esteban.
Además, tuvo que hacer frente a otra de las pruebas más duras y por la que pasan todos los participantes del reality cuando lo abandonan: la del espejo. Ahí ven por primera vez cómo ha cambiado su cuerpo tras el paso por el programa de supervivencia. Todos alucinan bastante pues el pasar hambre, estar cansados y no ejercitarse en un gimnasio trae consecuencias evidentes en el físico. Así Anabel Pantoja pudo descubrir que ha perdido 13, 5 kilogramos. Al verse, se sorprendió: “¡Parezco mi madre!", gritó.
Anabel se miró y se volvió a mirar en busca de su “pantoculo” con el que le gusta hacer twerking. No era el mismo, porque la colaboradora de Sálvame ha perdido trasero, su cara se ha afinado, al igual que su vientre y sus muslos. Además, también se cortó el pelo por lo que se habrá visto aún más diferente de cuando entró en el reality.
La sobrina de Isabel Pantoja vivió todo tipo de emociones en su paso por el reality y la más importante es que comenzó una historia de amor con el esgrimista Yulen Pereira. La pareja tiene ante sí un difícil futuro por escribir, porque son muchos los que critican esta relación. Tendrán que estar muy unidos para hacer frente a las adversidades que pueden llegar. Sobre todo porque no parece que la madre de Yulen, Arelys, haya dado el visto bueno a una relación que pone en peligro el duro entrenamiento al que tiene que someterse el deportista para cumplir su sueño como profesional: acudir a los Juegos Olímpicos.