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Jedet: Salud mental, desamor, empoderamiento femenino, tauromaquia, Netflix, Ley Trans o ‘La Veneno’
Hablamos con ella de su disco, ‘A los hombres que he tenido que olvidar’
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Jedet es una de esas mujeres que con su trabajo y esfuerzo ha ido forjándose un nombre en el mundo del espectáculo. Lo petó con su papel en La veneno por el que recibió un Premio Ondas junto a sus compañeras. Pero también ha escrito un libro o ha probado con la música.
Precisamente, esta última faceta es la que la tiene concentrada en esta última etapa. Ha lanzado A los hombres que he tenido que olvidar, una colección de canciones que se alejan del reguetón con el que se dio a conocer y nos lleva a un terreno más atemporal y clásico. Aunque tranquiliza a sus seguidores y asegura que está trabajando en música urbana.
Con este disco, un auténtico regalo para ella misma, demuestra que sin autotune también se defiende a las mil maravillas y se desnuda, no solo literalmente en la portada, sino de corazón, en unas canciones que hablan de amor, desamor, deseo y pasión.
Hablar con ella es descubrir que hay alguien sensible, con miedos e inseguridades, pero con la fuerza de la que sabe lo que quiere y lucha por ello.
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Reconoces que este disco ha sido una catarsis para ti, ¿en qué sentido?
Es un álbum que me ayudó a sanarme porque mientras trabajaba en él me he dado cuenta de cómo han sido mis relaciones y lo que no quería en mi vida. Cuando publiqué mis libros, que eran mis diarios, una vez que eso forma parte de la gente, ya no está en mí y ya me libero de eso. Ha sido una catarsis, ya no estoy en ese punto que cantaba en el disco.
Componer después de haber escrito esos libros, ¿lo ha hecho más fácil?
Siempre he escrito y siempre he usado el bloc de notas del móvil como algo terapéutico y lo he hecho de manera compulsiva desde niña cuando ya cambiaba los finales de las películas que no me gustaban y los escribía de nuevo. Pero es verdad que con el álbum hay muchas canciones que he coescrito porque sí que siento que siempre escribía igual, o de lo mismo, o usaba las mismas estructuras y quería usar este álbum para aprender de otros compositores, cantautores y letristas y ha sido un trabajo muy en equipo.
Dos años de trabajo, con lo rápido que va todo en la industria, tú te has tomado tu tiempo.
El disco me lo planteé hacer en 2018, cuando grabé Por qué te vas, que es una versión de Janette. Ahí dije, quiero hacer un disco de sonidos clásicos. Pero se quedó ahí la idea y en 2020 empecé a trabajar en él, pero no tenía prisa. Nunca he tenido prisa, en general, en la vida. Creía que si hacía un disco de sonidos clásicos iba a envejecer bien, así que, no había motivo para no sacarlo cien por cien como yo quería.
A los hombres que he tenido que olvidar, ¿se han visto reconocidos en las canciones? ¿te ha llegado algún feedback de ellos?
Jajaja… Sí, se han visto reconocidos, yo creo. A uno de ellos se lo enseñé porque teníamos relación y como que lo escuchó y le pareció bonito. A otro de ellos también se lo enseñé y bueno, pero porque estábamos en buenos términos.
Aquí has sacado tu voz a un primer plano que impresiona, ¿lo tuviste claro desde el principio?
En el álbum queríamos como desnudar todo. Lo fácil para mí, que venía de hacer música urbana, hacer más reguetón y esconderme detrás de un autotune, era hacer eso. Cuando empezamos a trabajar en este álbum queríamos darle ese toque de que estás escuchando un diario cantado, que no hay mucho maquillaje. La voz, te guste más o menos, está más desnuda, es lo que hay. Y si te fijas, puedes escuchar como que algunas canciones se rompen o el dolor. Hay grabaciones en las que, cuando grabé, lloré y no pude grabarla más veces porque después de esa toma dije, ya no voy a grabar más.
Tiene toques de urbano, de lo que escuchamos ahora, pero es sutil y prevalece algo más clásico y de raíz, ¿era la intención?
Yo cuando hice este álbum fue un álbum que quería regalarme a mí y hacer un homenaje a mis influencias musicales desde niña. Pensé en hacer un álbum que cuando yo tuviese 50 años pudiese escuchar y estuviese orgullosa de la calidad de cada cosa, de que todo está cuidado al milímetro. Hay violines, que era un sueño mío, hay guitarras eléctricas, hay guitarras clásicas. Cuando yo empecé a hacer música había big makers y era eso. Yo decía, me gustaría poner un violín, pero no lo hacían. Cuando empecé a trabajar con músicos, que sí trabajaban con guitarras y violines, me sentí como muy satisfecha y pensé, wow, este disco lo estoy haciendo para mí y es un regalo que voy a tener siempre ahí.
¿Y se va a quedar ahí?
Después de este proyecto voy a volver a hacer música urbana. Ya estoy trabajando en cosas más para el club, perreo… porque ya he hecho esto y sé que volveré a hacer esto en el futuro, pero ahora quiero divertirme, bailar, mover el culo, porque ya no estoy en ese desamor. Soy las dos cosas y consumo las dos cosas y me gusta experimentar con las dos cosas.
El camino de lo más clásico, ¿crees que llega al público más joven?
Yo pensé que no iba a gustarles esa música. Hay gente muy joven que me escribe y me dice que le encanta o que le ha ayudado y que las letras y me hace feliz poder acercar, incluso, Por qué te vas, una versión de Janette, que tiene tantos años y tú ni siquiera habías nacido y la estás escuchando y piensas que es mía, pero no es mía y si investigas un poco ya vas a descubrir quién es Janette. Es curioso, luego también me para gente mayor que le gustan mis canciones. Firmé el otro día un autógrafo en una cafetería, en una servilleta, pero me conocía por las canciones, no por la serie, ni nada. Es raro.
Hablabas de esos referentes que has tenido en cuenta para este disco. ¿Rocío Jurado?
Yo siempre he dicho que mi objetivo en esta vida era ser una folklórica de nuestro tiempo y a Rocío Jurado la amo, la admiro. Mis favoritas eran Lola Flores y Sara Montiel, siempre he crecido con su influencia, incluso de Marisol, a lo mejor no tan folklórica, pero en mis abuelas y en el pueblo eran lo común. Escuchar eso o ver Cine de barrio.
Cuando una admira a alguien como Rocío Jurado, ver el circo mediático en torno a su familia, ¿cómo se recibe?
Como no tengo tele, no me entero de nada. Solo sé lo que sale en las plataformas, no veo nada más.
Es un disco de amor con finales tristes donde prevalece un amor por encima de todos, el amor a uno mismo, ¿cómo lo has conseguido?
Yo aún estoy trabajando en ello. Es algo en lo que trabajas cada día. Siempre intento dejar claro que, aunque aparentemente yo sea muy segura, que las redes sociales, para empezar, no son reales, que la cirugía plástica no es la solución porque, por mucho que te operes, si tienes algo roto dentro, no te lo va a arreglar. Sí que trabajo mucho mi salud mental, es lo que me va a dar herramientas para yo quererme más y seguir afrontando los problemas que mi mente va generando a diario. Hay épocas en las que me cuesta mucho salir de la cama, o ducharme, o comer y ha llegado un punto en el que ahora sí que me hago cargo de mí misma y me levanto y me obligo a tener hábitos saludables, a estar más centrada y eso es gracias a la salud mental, no gracias a una cirugía. Gracias a que he trabajado con mi psicólogo durante casi siete años, pero me queda mucho todavía. Cuando me dicen, ‘se te ve tan fuerte, ¿cómo lo haces para estar tan segura, para quererte tanto?’. Y pienso, ‘wow, si tú supieses lo que hay en mi cabeza o las veces que me he querido morir… es horrible, yo soy mi peor enemiga. Pero intento hacer las paces con mi cabeza y seguir para adelante porque no me queda otra.
Afortunadamente el tema de la salud mental ha dejado de ser tabú.
Yo siempre he hablado de estos temas en mis redes sociales. Pero sí es verdad que, a medida que he ido abriéndome más me han ridiculizado o me han dicho que lo hacía por llamar la atención. Al final yo me he ido como cerrando porque si compartir estas cosas va a empeorar mi salud mental, prefiero ser egoísta y no intentar ayudar a nadie y vivirlo de puertas para adentro.
Nadie se muere de amor, ¿no?
De amor piensas que te vas a morir. Es muy difícil, muy duro, porque esa persona, esa relación, se muere, pero esa persona sigue viva y tienes que aceptar que esa vida que ibas a compartir con esa persona se ha derrumbado, ya no existe. Es muy difícil y tienes que aceptar que tú y esa persona vais a continuar por caminos separados, aunque, a lo mejor, lo que tú más quieras en este mundo es estar con esa persona. Es complicado, yo he creído muchas veces que moría de amor.
La portada hace referencia a Lady Godiva que montón a caballo desnuda para conseguir algo de su marido. ¿Tu objetivo con esta portada?
Mi objetivo era como mostrarme empoderada, como, he sufrido mucho, hay un corte en el pecho que simboliza todo el amor que he pasado. No quería logos, ni letras, ni nada, quería que fuese la imagen y como vale, lo he pasado muy mal, me han hecho mucho daño, pero nadie puede conmigo porque soy fuerte y no va a matarme el amor. Estoy deseosa de usar todas esas lecciones que me han hecho sufrir para vivir más fuerte y no permitiendo que nadie me vuelve a hacer daño, a estar empoderada.
Hay mucho desamor en este disco. El amor bonito, de disfrute, ¿no te inspira para componer?
Es que, incluso, la canción Mientras yo esté viva no te sientas solo, la que tiene el estribillo de Raphael y Rocío Jurado, esa que es de amor y es tan bonita, no es bonita porque está hablando de que yo lo estoy esperando y él nunca viene y voy a tener que aprender a vivir sin él. Aunque es tan romántica, tan bonita, tan dulce, no está bien. Es verdad que yo, cuando estoy más feliz, no escribo tanto. Ahora que estoy trabajando en el disco más urbano y de perreo estoy escribiendo, pero no de amor. Estoy escribiendo de sexo, de sentirme empoderada, de amar mi cuerpo, de no necesitar a nadie. Pero no sé si sería capaz de escribir una canción de amor romántico o de un amor sano, no lo sé.
Y ese disco urbano, ¿en qué punto está?
Tenemos dos demos y me encantan, estamos escribiendo ya las historias de los vídeos que me gusta siempre hacer mis vídeos como que sean más cinematográficos y quiero hacer como cuatro o cinco canciones. Quiero que salga un ñoco para no estar cantando al desamor, a la pena. Es como para ponerme ya un poco más ligera de ropa, ir al club y decir, vamos a mover el culo, ya se acabó el desamor. Ahora, me siento bien.
Momento de empoderamiento femenino con artistas como Nathy Peluso, Karol G, Bad Gyal y solo por mencionar algunas, ¿buen momento para vosotras?
Yo siento que las artistas femeninas cisgénero están ganándose un hueco y están ganando algo que debería estar en la industria desde hace tiempo, ese respeto. Pero creo que las trans estamos todavía en pañales y tenemos mucho que luchar. Ahora estoy contenta porque Kim Petras, que es una cantante trans, ha sido número en Estados Unidos con Sam Smith y ha sido histórico, ha sido la primera. Está Villano Antillano que está abriendo en lo urbano muchas puertas y está siendo super exitosa, pero creo que aún tenemos mucho camino por recorrer y no todas hacemos lo mismo, igual que no todas las cantantes cis hacen lo mismo. Yo no soy igual que la Villana y la Villana no es igual que Kim Petras, pero si te fijas solo estamos tres o cuatro trans que se nos ubique un poco y que hagan música. Hay que cambiar esto y abrir camino a otras que quieran o que estén por venir.
Mencionaba a Nathy Peluso y el vídeo de Veneno dulce me recordó al Ateo que hizo con C. Tangana por esto de unir religión y sexualidad que desde tiempos inmemorables es algo que siempre ha conllevado polémica, ¿era la intención?
El vídeo de Veneno dulce fue más un homenaje a Madonna, Like a prayer, de hecho, si los comparas, ves muchas cosas en común. Fue como un mensaje de, yo soy el pecado y él sucumbe al pecado y cuando sucumbe al pecado, al final muere y no acaba bien. Era un mensaje de decir, amar a una mujer como yo, no está hecho para cualquiera, tienes que ser valiente, pero no siempre acaba bien porque la sociedad te va a tachar y a señalar como un maricón o tienes que aguantar comentarios, burlas, y no cualquier hombre está tan deconstruído como para estar seguro de, soy un hombre, ella es una mujer, estoy con una mujer maravillosa, qué pasa.
¿Con quién te gustaría hacer algo?
Bizarrap, me encantaría, pero, ¿quién no? Me encantaría Mark Ronson, que es un productor que amo. Miley Cyrus, ¿por qué no? Noah Cyrus me encanta, que hace más country. ¿De España? Me cuesta más. Quizás en España me voy más a lo urbano, me encanta La Zowi, pero cuando pienso en internacional, pienso más en productores.
No te hemos visto en la lista de artistas para Benidorm Fest, ¿es algo que te podrías haber planteado?
Llevan dos años planteándomelo, pero soy consciente de mis limitaciones. No es para mí. Respeto mucho a los performers. Una Chanel, por ejemplo, que fue, wow, eso es lo que tiene que ir a Eurovisión, para mi gusto, no yo. ¿Para qué voy a ir allí?
En Sangre fría recurres a gente amiga como Rossy de Palma y Alba Díaz. También está José Lamuño en el papel de torero, otro tema que siempre genera controversia, ¿tu posición al respecto?
Hay mucha gente pidiéndome que hable de esto desde hace mucho tiempo. Yo he crecido con un imaginario que es andaluz. En mi casa estaba la pata de jamón en la despensa, se ha escuchado flamenco en la radio y mi abuelo ha visto los toros en la tele los domingos en Canal Sur. En un álbum que hace referencia a mis raíces, estéticamente hablando, y un sonido desde Triana, Raphael… quería hacer un homenaje al imaginario que yo he visto desde pequeña. La estética taurina que parece preciosa, los trajes de luces me parecen espectaculares, me parece un arte. Pero eso no quiere decir que yo sea taurina o que porque corte la oreja del torero en el vídeo sea antitaurina. la gente no sabe lo que soy, no lo sabe, no lo entiende, pero yo tampoco se lo voy a explicar. Si son listos y ven, van a entender cuál es mi posición. No hace falta que se la explique.
Ya que hablamos de cine, Veneno pa tu piel lo rescatas de la serie. Ahora que ha pasado el tiempo y has podido asimilarlo, ¿qué te ha dado esa serie y qué asignatura pendiente te ha quedado con ella, si hay alguna?
Me siguen parando por la calle para decirme, ‘me encantó la serie, la acabo de ver hace una semana’, alguien de Francia o de Brasil. Así que, no sé, cuánto tiempo va a durar. Es muy fuerte, la gente la está viendo ahora. Tenía pendiente sacar la versión completa de Veneno pa’ tu piel, pero fíjate tú que la grabé dos años después. Siempre me tomo mi tiempo para las cosas.
Serie en México, ¿qué tal lo de ir abriendo fronteras?
Soy la primera actriz transexual actriz de Televisa. Es una serie, se llama Mujeres asesinas. Cada capítulo lo protagoniza una actriz diferente. Yo protagonizo el capítulo número 4, es como una mini película. Nunca pensé que eso iba a pasar. Quizás de niña soñaba tanto con esta cosa y lo proyectó y ahora la vida me lo ha dado. Estoy muy feliz y estoy muy orgullosa y muchas veces pienso que soy una desagradecida porque me quejo por cosas y tengo la vida que yo soñaba y a veces no la disfruto tanto como creo que debería.
También te has convertido en chica Netflix gracias a, ¿A quien le gusta mi follower?, ¿qué destacarías de esa experiencia?
Llevaban mucho tiempo ofreciéndome hacer tele y nunca había querido hacer televisión y cuando Luján Argüelles vi que estaba en el proyecto dije, voy cien por cien porque amo a Luján, la admiro mucho y quería trabajar en esto. Me gusta ir probando un poquito de todo para ver si de repente veo qué es lo que me encanta y quiero dedicarme el resto de mi vida a ello y me focalizo ahí. Me encantó la experiencia y fue muy divertido y a la gente le gustó mucho, estuvo en tendencias en Netflix. Fue muy bien, pero la televisión lo haría como algo puntual, me gusta más actuar, hacer un papel en una serie o una película, me gustaría hacer cine y me encanta hacer música.
Y por si la música o la interpretación no fuera suficiente también te vemos como modelo para marcas como Tezenis. Ahora vemos a Lola Índigo, pero antes te vimos a ti, ¿qué te aportan este tipo de cosas?
Para mí la moda es una herramienta con la que expresarme, igual que la música, igual que escribir y me encanta desde pequeña. Siempre en mi casa he comprado Vogue, he comprado Elle, he comprado Harper’s, incluso ediciones de otros países y, de repente, estar hablando cuarenta minutos con Jean Paul Gaultier y que te esté explicando sobre Brigitte Bardot, para mí es flipante. O que me lleven a París al desfile de Dior, como me han llevado, para mí eso es increíble. O estar anunciando un perfume, para mí era un sueño de pequeña y lo he hecho realidad. O salir en Vogue, que he salido muchas veces ya, es un honor para mí. Siempre de forma no intencionada siempre estoy ligada al mundo de la moda porque es algo que me apasiona y creo que así seguirá porque cuido mucho mi imagen y me encanta experimentar y creo que en España hay mucho talento. Visto muchísimo de diseñadores españoles.
También tienes esa faceta de influencer y activista, ¿te genera mucha responsabilidad cuando te piden opinión sobre temas como la Ley Trans que está ahora mismo en todos los debates políticos?
No, activista no. Lo dicen porque lo han puesto en Wikipedia, pero es que yo no soy activista, nunca lo he sido. Es que la gente quiere saber qué opino de todo y entonces, depende de lo que diga, me cancelan. Quieren saber qué pienso de todo. Es como tú que me has preguntado por la tauromaquia. ¿Por qué os importa lo que pienso sobre la Ley Trans o sobre la tauromaquia o el café? Soy una persona, lo que yo piense no significa nada, ni va a hacerme mejor o peor persona, ni va a cambiar el mundo.