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Tamara Falcó e Iñigo Onieva retrasan la fecha de su boda
La periodista Leticia Requejo asegura que la ceremonia será finalmente el 8 de julio, solo unas semanas después de la fecha original
Tamara Falcó e Iñigo Onieva podrían haber cambiado de planes. Aunque desde que se han reconciliado la pareja no deja de trabajar en los preparativos de su inminente boda, parece que finalmente la influencer y el empresario no lograrán tenerlo todo listo para la fecha que habían escogido la primera vez que se comprometieron: el 17 de junio de 2023.
Según señala este mismo viernes la periodista de El Programa de Ana Rosa Leticia Requejo, Tamara e Iñigo habrían decidido aplazar la ceremonia tres semanas, hasta el 8 de julio, alegando "problemas de logística" para garantizar así que la boda se celebra en las condiciones que ambos desean.
Eso sí, según la comunicadora de Mediaset, este sería el único cambio que se haría. Todo lo demás, continúa como estaba planeado, por lo que tanto la ceremonia religiosa que convertirá a Tamara e Iñigo en marido y mujer ante los ojos de Dios como su posterior celebración, tendrán lugar en la finca madrileña de El Rincón.
Además, Tamara mantendrá sus planes iniciales para el vestido de boda, que estará a cargo del diseñador español Juan Avellaneda, un icono de nuestros tiempos y además, amigo muy cercano de la actual marquesa de Griñón.
Ni embarazo ni venta, solo problemas de logística
Según ha recalcado Requejo, la pareja estaría insistiendo a su círculo más cercano en que el cambio responde solo a motivos de organización. Pues desde que se reconciliaron en la pasada Navidad hasta el día programado para la boda habría solo seis meses, un plazo muy ajustado para el tipo de ceremonia que Tamara Falcó e Iñigo Onieva desean.
Así, este retraso en la fecha escogida no tendría nada que ver con los rumores que la propia Tamara se encargó de acallar la pasada noche del jueves 2 de febrero en El Hormiguero, cuando aclaró públicamente que, al contrario que lo que se había publicado en la prensa y en las redes sociales durante los días anteriores, ella no estaba embarazada ni había puesto a la venta la finca de El Rincón. De hecho, insistió en que tanto ella como su hermano estaban invirtiendo en esta propiedad que le dejó en herencia su padre, Carlos Falcó, y que, por el momento, este enclave tan especial para ella seguiría siendo propiedad de su familia.