Especial
Lucía Rivera describe el cruel mundo del modelaje : “El abuso de poder en la moda es algo constante”
Habla de eso en su libro y de drogas, maltrato, familia, salud mental o bullying
Nada es lo que parece, así se llama el primer libro de Lucía Rivera, la hija de Blanca Romero y Cayetano Rivera, en el que se quita los filtros para mostrarse de la manera más auténtica posible.
Habla de su padre biológico del que nunca se ha desvelado el nombre, del adoptivo y su mujer, Eva González. También de maltrato, drogas, bullying, trastornos alimenticios, depresión y todo lo que ha vivido en su adolescencia, que no ha sido poco.
Nos ayuda a conocer a una ‘hija de’ que bajó a los infiernos y resurgió, entre otras cosas, gracias a la moda. Escribir siempre fue su pasión y ha demostrado que no le falta talento. Desde que publicó el libro se han multiplicado los titulares hablando sobre los aspectos más morbosos de su vida y hemos querido comentarlo con ella.
Ha pasado poco más de un mes desde que lanzaste tu primer libro, ya has hecho varias firmas, ¿cuál es el feedback que has recibido?
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El feedback, la verdad es que es muy bueno. Sí es cierto que la gente joven no está acostumbrada, me imagino, a ir a firmas, precisamente yo nunca he ido a la firma de un libro, pero todos los mensajes o comentarios en persona que recibo, super bien, no me puedo quejar.
¿Te has arrepentido en algún momento de derrochar tanta sinceridad en estas páginas?
Nunca me voy a arrepentir de derrochar sinceridad en ningún aspecto porque la verdad es la que llega lejos.
¿Cuál ha sido el sentir general de tu familia?
Hubo momentos más buenos que otros, en el sentido de que no estoy contando cosas maravillosas, estoy contando cosas duras que mi familia no sabían todas. Hay momentos más felices que otros, pero todos desde el cariño y desde el amor. Discusiones no ha habido, solo ha habido momentos de ‘no sabía esto, no sabía lo otro’. Pero nada malo.
Dices al principio del libro que eres consciente de que muchos de los lectores se habrán adentrado en él por ser ‘hija de’, ¿crees que habrán cambiado su percepción tras leerlo?
‘Hija de’ voy a ser siempre porque soy ‘hija de’, eso no lo puedo cambiar. Un poco el ser ‘hija de’ me hacía vivir con un poco de lejanía de esa gente que me seguía porque la gente se piensa que por ser ‘hija de’ tienes una vida muy diferente a la de cualquier ser humano y, al fin y al cabo, mi vida no deja de ser la de cualquier adolescente que está pasando por eso. De alguna manera sí que me acerco más al público y la gente empatiza más conmigo, pero no voy a dejar de ser ‘hija de’.
De hecho, seguro que muchos jóvenes habrán flipado leyendo cosas como que siendo ‘hija de’ vivieses en una casa de 40 metros cuadrados porque no podías pagarte otra cosa.
Literalmente, no tenía ni cédula de habitabilidad. Es que ser ‘hija de’ no te exenta de nada. No te exenta de que te maltraten, de que te dejen, de que te vaya mal en el trabajo o que te vaya bien. Creo que hemos enclaustrado a los ‘hijos de’, entre los que me encuentro, sin darnos cuenta de que somos seres humanos como todos. Nos tratan como si fuéramos aliens.
¿Qué ventajas y qué desventajas tiene ser ‘hija de’?
Te puedo abrir las mismas puertas que te puede cerrar. Habrá personas a las que les encantarán tus padres y otras personas que odiarán a tus padres. Vivimos en un país que se alimenta del odio o del amor, somos muy extremistas en eso. Todo el mundo se piensa que los logros que tienes no son gracias a ti, se piensan que naciste en una jaula de oro… sí es verdad que el trabajo que tienes que hacer es el doble.
Dice Estefanía Ruiz en el prólogo que fuiste empujada a madurar antes de tiempo, ¿notas que te han robado una etapa de tu vida, esa en la que hay más de inocencia?
Sí, claro, pero no creo que me la hayan robado, o no soy la única a la que se la han robado. Hay personas que por unas cosas u otras tienen que vivir más rápido que otros. No lo siento como un robo sino como una etapa más rápida, algo distinto.
Aseguras que en la vida solo se gana viviendo, así que, podría decirse que eres toda una triunfadora porque en 24 años ya has vivido muchas cosas, ¿no?
Se podría decir. El triunfo es algo de lo que ahora mismo estoy escapando porque es lo que nos está frustrando y hace que los jóvenes estemos pasando por las depresiones que estamos pasando porque nos ha pintado un triunfo inalcanzable.
¿Qué es para ti el triunfo entonces?
Vivir e irme a la cama con la conciencia tranquila.
Ha habido varios temas que mediáticamente han llamado más la atención. Uno es el de tu padre biológico, ¿ha leído el libro?
No tengo ni idea, no te puedo decir más.
Otro, el de Eva González tras haber dicho que te hubiera gustado recibir algo de cariño de su parte. ¿Lo has hablado con ella o con tu padre?
No te voy a contestar a eso, simplemente te voy a decir que creo que el libro tiene un mensaje maravilloso, muchos mensajes, no solo uno, y que pedir cariño es algo lícito. Nos están diciendo constantemente que pidamos cariño, que digamos las cosas, que seamos honestos, que seamos naturales y, de repente, cuando eres natural te encuentras con mil navajazos. Más o menos nos ponen entre la espada y la pared a los personajes públicos.
También ha sorprendido el maltrato psicológico y físico que soportaste en algunas de tus relaciones, ¿crees que te podría volver a pasar algo así?
Eso nadie lo sabe. ¿Qué tengo más papeletas para no volver a pasarlo? Posiblemente puede que lo observe antes y que lo vea antes, pero no estoy exenta de ningún peligro como mujer y como feminista. Parece que las que damos mensajes feministas y nos involucramos con el movimiento estamos exentas de cualquier peligro y, al revés, somos mujeres como todas.
La aceptación de ti misma y de tu físico es otro de los temas centrales, ¿qué les dirías a las niñas que tienen las redes sociales como referente y muchas veces resulta inalcanzable?
Que saquen sus referentes de las redes sociales, no creo que podamos tener referentes detrás de una pantalla porque lo que vamos a ver, casi nunca es la realidad. Si alguien me ve a mí como referente, me equivoqué y tuve la vida que cualquier persona que me siga. Creo que los referentes tienen que ser algo inspiracional, pero en las redes encontramos más una cosificación, pero la sinceridad en las redes está muy mal vista.
A día de hoy, ¿podrías decir que te gustas a ti misma cómo eres?
Me gusto más, no del todo, pero me gusto más. Es un trabajo super largo que no puede ocurrir en un año que llevo escribiendo y haciendo el trabajo que estoy haciendo. Pero puedo decir que me gusto más.
Cualquier madre que lea lo que tú cuentas de las agencias de modelos, se pondrá a temblar si su hija le dice que se va a dedicar a eso, ¿es todo tan duro y cruel?
Me quedé corta, conté menos cosas por miedo y porque amo mi trabajo y, de verdad, me ha dado cosas maravillosas. A mí la moda me sacó de lo malo que habéis visto. Pero el abuso de poder en la moda es algo constante y creo que estamos dando el mensaje a la juventud de que aceptamos todo y somos modernos y los cuerpos son todos iguales, pero es todo falso. Creo que la moda está utilizando gente de otro tipo de cuerpos, pero como un blanqueo claro y rotundo, no es una realidad. ¿Dónde está la diferencia entre Elena Durán y yo, por ejemplo? Nos comparan mucho y a la vez nos diferencian mucho, no tiene sentido. Bueno, no me comparan con Elena Durán, es un ejemplo.
Empiezas el relato con tu nacimiento, con piernas rotas en el parto, ¿lo tuyo estaba predestinado ya a ser duro?
Espero que no. También he vivido cosas guays, pero me tocó. Les habrá tocado a muchas personas tener un nacimiento duro, no creo que sea yo la única.
Seguramente no, pero no se suelen contar relatos como el tuyo.
Ahí está el problema, que contamos siempre las partes bonitas y no todo es tan bonito. Ni la maternidad es tan bonita. Yo que vivo la maternidad soltera de mi madre con mi hermano pequeño, yo sé que la maternidad que se está plasmando en redes es absolutamente falsa porque tendrá momentos maravillosos, obviamente, pero creo que hay muchos momentos más duros que maravillosos en la crianza.
Dicen que los niños necesitan rutinas, pero tú tenías de todo menos rutinas con tanto cambio constante, ¿te hubiera gustado que fuera diferente?
Pues mira, ahora mismo estoy leyendo un libro de Gloria Steinmen en el que cuenta su vida también y dice, ‘de pequeña siempre soñé una vida normal, con un colegio, un grupo de amigos normales, una familia convencional y a día de hoy, ya no la quiero’. Quizás no estoy acostumbrada o quizás tengo que sacar partido a la vida que tuve y que me ha dado cosas maravillosas.
Un padre misterioso y un padre adoptivo… eso era diana de muchos comentarios no agradables en esa etapa escolar, ¿qué nos falta para superar estas cosas?
Normalización en todo. El problema es que nos da vergüenza hablar y nos da vergüenza tratar las cosas. Creo que para eso está hecho el libro, para hablar con claridad de situaciones que son reales y normales. Conozco a miles de niñas que tienen padres adoptivos y es que no pasa absolutamente nada, la vida no nos cambia. Cambia en el sentido del bullying, en el sentido de que la prensa quiso disfrazar a mi padre biológico de alguien misterioso cuando, realmente, no deja de ser otra persona más. Cuando el libro se publica y, de repente, se empieza a dar bombo a tema de mi padre, me parece un sensacionalismo horroroso y volvemos a no captar los mensajes que doy. Me sigue alucinando que se reporten estas tonterías, o no tonterías, pero que se traten estas cosas desde el sensacionalismo y no desde la normalización porque los titulares son, obviamente, sensacionalistas y amarillistas.
No eras la mejor estudiante e, incluso, alguna profesora te llegó a decir que acabarías de cajera en un supermercado, ¿qué le dirías ahora a esta profesora?
Como la Nathy Peluso cuando dice, ‘mira que el amor ha triunfao’, pues yo, ‘mira que la tonta ha triunfao’. He escrito un libro y me he demostrado a mí misma que no soy tan tonta. Aparte que, tampoco me hubiera molestado ser cajera de supermercado, no sé qué hay de malo ahí.
Eres muy crítica con la educación y la falta de gestión emocional, de hecho, aseguras que la empatía es la asignatura pendiente en los coles. Algunos dicen que esa labor es de los padres.
No estoy de acuerdo precisamente porque los educadores tienen la obligación por lo menos, de prestar una atención coherente a los niños que donde más tiempo pasan es en un colegio, no es en casa. Pasamos ocho horas diarias en un centro educativo con personas mayores que tienen un poder enorme sobre nosotros que si se utiliza bien, no está mal. ¿Cuántos niños se han suicidado a día de hoy por bullying en el colegio? Los padres no tienen nada que ver con el bullying que sufren en el colegio. ¿Y cómo gestionan los padres el bullying que se les hace a esos niños en el colegio? Mi abuela fue miles de veces a ese colegio a quejarse de esa profesora y nadie le dio respuestas. Yo creo que los problemas de autoestima baja que tengo vienen de las profesoras que se encargaron de decirme que no valía para nada por estudiar mal. Si a una niña se le dan mal las matemáticas, como era mi caso, y se le da bien escribir, pongamos al niño a escribir y ayudémosle en lugar de frustrarle. Vivimos en un sistema educativo super frustrante.
La salud mental está muy presente. Hay trastornos alimenticios, hay ansiedad, depresión, terapia, ¿notas el cambio que ha habido en los últimos años sobre estos temas?
¿Se está hablando mucho por quedar bien? ¿Estamos siendo inclusivos y super modernos para abrirnos más mercado y trabajar más o estamos haciendo esto como un lavado de imagen? Ahí está el problema. Hizo un discurso Samantha Hudson increíble sobre que la gente habla mucho de la salud mental, la gente habla mucho de la importancia de ir a un psicólogo, pero siguen sin querer ver a personas locas y siguen estigmatizándonos con eso. Recibo mensajes diarios de ‘tómate la pastillita’ o ‘suicídate’ por redes sociales. Vamos a darnos cuentas de que, además, las cosas no son de un día para otro. Hablamos de ir al psicólogo, pero no hablamos de lo que la gente necesita para ir a un psicólogo, de la economía.
En muchos casos que he conocido últimamente, las drogas han estado muy presentes en episodios de enfermedad mental. Tú no eludes este tema, ¿cuál es a día de hoy tu posicionamiento frente a las drogas?
Yo soy anti droga completamente, pero desde que soy adolescente he vivido rodeada de drogas y he visto las cosas que crea. Mi ex se rompió un plato en la cabeza precisamente por algo. Creo que también se debería hablar de las drogas y no se habla de las drogas en los centros educativos. Yo cuando fumaba cannabis cuando iba al instituto, en ningún momento se habló de cannabis y de lo que me podía hacer. Yo creo que parte de mis depresiones y de mi ansiedad se vio muy contaminada por el cannabis que yo fumaba. Creo que deberíamos hablar más con los jóvenes. Estamos obsesionados con proteger a los jóvenes y evitarles los peligros en lugar de llevar a la gente que haya consumido y que lo hable de una manera normal, no estigmatizando las drogas porque lo prohibido atrae.
¿Qué ha sido lo mejor de escribir este libro?
Aparte de recibir los mensajes que recibo, que son increíbles, de personas a las que he llegado y he podido ayudar en algo o quizás volverlas más locas, yo creo que el haber vuelto a sitios y haber perdonado a ciertas personas. Volver a sitios mentales en los que me había encontrado y, de repente, haber perdonado. Este libro es un perdón, a mí misma la primera, y un perdón a todo el que sin querer o queriendo ha participado en el libro de una manera buena o mala.
¿Te ha cambiado mucho?
Sí, en muchos aspectos, todavía estoy viendo los cambios que son muchísimos.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...