Adara o Lucía Pariente: Así fue la expulsión más esperada e intensa de ‘Secret Story’

Secret Story tenía a la casa en vilo, y a su audencia, ante las nominaciones de esta semana. Ya fue muy comentado el trío que quedó a expensas de la expulsión:  Adara Molinero, Lucía Pariente e Isabel Rábago protagonizaban. Esta última era la primera en salvarse antes de llegar a la gala final. El duelo quedaba entre dos pesos pesados y se vivía tanto dentro de la casa como fuera. Hasta Alba Carrillo llegó a pedir la expulsión de su madre, algo de lo que luego se arrepintió. La emoción estaba asegurada.

Ambas tenían muchas razones para salir, aunque también muchas para quedarse. Las redes sociales se convirtieron en todo un altavoz para pedir la salvación de cada una, mientras que las líneas de Telecinco se llenaban de mensajes para una u otra. El resultado, como siempre, se esperaba en la gala de este jueves.

Con la dilación que caracteriza al programa, Jorge Javier encerraba a ambas en la sala de la verdad para comunicarles quién seguiría en el programa. Y el resultado, como era de esperar, terminó sorprendiendo pese a ser prácticamente un 50-50:

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Lucía Pariente era quien debía abandonar la casa de los secretos, después de alcanzar un notable 58'2%. Pese a sus continuos comentarios durante la semana de seguridad absoluta sobre no abandonar la casa, incluso llegaba a negar su despedida de sus compañeros más cercanos antes de ir a saber el resultado de las votaciones. La audiencia, sin embargo, tenía otros planes para ella.

Su comportamiento en el concurso había empezado a ir a la deriva en la última semana, llegando a faltarle al respeto a concursantes como Cristina Porta o Luca Onestini. Los espectadores lo tuvieron muy en cuenta a la hora de votar en su contra, e incluso su hija Alba Carrillo sorprendió pidiendo la expulsión de su madre en la última gala en directo.

La redención de Pariente

Pese a su actitud, Lucía dejó claro que lo cortés no quita lo valiente elogiando antes de su despedida el concurso de su oponente. Le dedicó algún que otro piropo a Adara, contrarestando todo lo dicho sobre ella en el reality, y acabaron estando en paz con alguna muestra de apoyo antes de saber la gran noticia.

Su marcha fue lamentada por gran parte de la gente en plató, pues acabaron admitiendo que Pariente sabía concursar y no tenía miedo a decir las cosas a la cara. Algo que, después de los dramas vistos en pantalla, queda claro que es una virtud televisiva que allí brilla por su ausencia. A partir de ahora sustituirá a su hija en plató, a no ser que finalmente la repesca sea una realidad.