The Rolling Stones: Una patada en la cara tras un escupitajo provocó uno de los grandes motines en la historia del rock
"A algunas de las personas del público, obviamente, no les gustábamos", reconocía Jagger

Los Rolling Stones: Charlie Watts, Mick Jagger, Keith Richards, Bill Wyman y Brian Jones (la foto es de abril de 1964) / Mirrorpix
Acababan de vivir una experiencia “desastrosa” en su primer tour por USA en el que les habían ignorado y se habían burlado de ellos. Y esperaban resarcirse en su país. Se volcaron y emplearon toda su energía en promocionar su LP debut y su primer número 1. Por eso, Mick Jagger, Keith Richards, Bill Wyman, Charlie Watts y Brian Jones jamás se imaginaron que serían los impulsores de una de las revueltas más famosas en la historia del rock. El 24 de Julio de 1964, en la ciudad costera de Blackpool, los Rolling Stones tuvieron que salir corriendo para ponerse a salvo.
Blackpool es una popular ciudad inglesa a orillas del mar de Irlanda, en el condado de Lancashire. Sus amplias playas la convierten en uno de los principales destinos turísticos veraniegos. Es, además, el lugar elegido por los habitantes de Glasgow – famosos por ser quisquillosos - para pasar sus vacaciones. Según Ultimate Classic Rock, muchos llegaban para disfrutan de su tiempo libre con más de unas pocas bebidas.
Ese fue el escenario al que los Rolling Stones llegaron el 24 de Julio de 1964 para presentar su primer LP, homónimo, y su primer single nº1 ‘It’s all over now’. Y llegaron cargados con la mochila de ‘chicos malos’ y tras su aventura más decepcionante hasta entonces: su primer tour por América. “Un desastre”, según Mick Jagger, con el que se habían ganado el famoso titular “¿Dejarías que tu hija se casara con un Rolling Stone?”.
LOS40 Classic
LOS40 Classic
Querían resarcirse del mal sabor que les había dejado las burlas recibidas en USA y se impusieron la tarea de agradar al exigente público de Blackpool. La expectación era grande y los fans se agolparon en el Empress Ballroom, un gran complejo de entretenimiento en el centro de la ciudad.
“La multitud fue agresiva desde el principio”, recordaba Peter Fielding, el guitarrista de los Executives (teloneros del show), en la revista Mojo en 2022, "Todavía nos quedaba la mayor parte de nuestra actuación, pero empezaron a cantar, ‘¡Queremos a los Stones! ¡Queremos a los Stones!’ y lanzaban viejos peniques al escenario hasta que tuvimos que acortar las cosas”.
Salieron los Stones e hicieron el tema de Bo Diddley ‘Mona’. Pero en lugar de que las cosas se calmaran, la temperatura escaló varios grados. Y los 'elementos hostiles' se acercaron al escenario. "Inmediatamente, algunos idiotas de la primera fila empezaron a lanzar más monedas", añadió Fielding en la publicación inglesa. “Empezaron a escupir. Brian Jones era su principal objetivo”.
“Algunos empujaron y se abrieron camino hasta llegar, directamente, frente al escenario”, contaba Keith Richards en Mojo. “En esos días, yo tenía muy mal genio”. Uno de los cabecillas del alboroto que escupía al grupo, recibió una patada en la cara del guitarrista. Según Fielding "Keith Richards se adelantó y le pateó los dientes con sus tacones cubanos y ese fue el pistoletazo de salida". Todo se fue de las manos.
La multitud estalló. Una furibunda turba de jóvenes lanzó botellas y otros “misiles”, destruyó lámparas, arrancó y despedazó asientos. Tras asaltar el escenario, hambrientos de venganza, descargaron su ira sobre el equipo. Lo destrozaron. El gran piano Steinway, amplificadores, altavoces, la batería de Charlie Watts…
Los Stones tuvieron que ponerse a salvo y huyeron rápidamente del campo de batalla. Finalmente, la intervención policial acabó con los altercados.
Aproximadamente, 50 personas sufrieron heridas leves y dos tuvieron que ser trasladados al hospital. Se produjeron daños estimados en 4.000 libras. Había escombros por todas partes. La sala quedó hecha trizas. El ayuntamiento de Blackpool prohibió a los Rolling Stones que volvieran a tocar en la ciudad en un plazo de 44 años. Cumpliendo su palabra, el concejo municipal levantó la sanción en 2008.
“La revuelta ocupó las primeras páginas y tuvo un efecto llamada. Los disturbios se repitieron en los conciertos del grupo en la Europa Continental, con gas lacrimógeno y cargas policiales”, escribió Richard Houghton en su libro ‘The Rolling Stones – You Had To Be There’: “Blackpool cimentó la reputación de ‘chicos malos’ de los Stones, la antítesis de los Beatles, que vestían correctamente y eran el tipo de chico que a una chica le gustaría llevar a su casa para que conocieran a sus padres”.
"A algunas de las personas del público, obviamente, no les gustábamos", reconocía Jagger.












