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Estos son los enemigos de los ojos en verano: Consejos para cuidarlos
El aire acondicionado, la sal y el cloro amenazan la salud ocular en la época estival
Los ojos son una de las partes del cuerpo más sensibles y el verano les pasa factura sino tenemos mucho cuidado. Con las altas temperaturas que vivimos en estos meses, todo el cuerpo se resiente, haciendo incluso que ni podamos dormir bien durante la noche. Son situaciones habituales del verano como lo son la arena, la sal, el cloro y los incidentes rayos del sol que recibimos en las playas.
Al igual que tomamos medidas para no deshidratarnos y sufrir un golpe de calor, tenemos que ser conscientes de que al aumentar las horas de luz recibimos más radiación solar, que los chapuzones en la piscina y en el mar hacen que se metan en los ojos restos de estos elementos y que el aire acondicionado, además de darnos un respiro y refrescarnos, seca nuestros ojos.
El doctor Fernando Llovet, oftalmólogo y cofundador de Clínica Baviera, recuerda que siempre hay que cuidar los ojos y confirma que, en estos meses, hay ciertas patologías oculares que son más típicas de la temporada estival. Es el caso de la conjuntivitis que trae consigo posibles efectos secundarios como lagrimeo, hinchazón, fotosensibilidad o enrojecimiento.
Los enemigos de los ojos son difíciles de evitar y por ello, lo mejor es seguir estas recomendaciones:
Evitar el aire acondicionado
En los días de más calor es lo que más deseamos. Ponernos bajo el chorro del aire en casa, en la oficina o en las tiendas. Uno de los efectos negativos del aire acondicionado, además de las famosas faringitis veraniegas, es la sequedad de ojos. La reducción de la capa de agua de los ojos hace que los notemos secos y que se dificulte la producción natural de lágrima. Al final, acabamos viendo borroso, con picor o incluso dolor de ojos. En el peor de los casos puede desembocar en una fotofobia.
Una de las cosas que podemos hacer es controlar la temperatura del aire. De esta manera además de contener un poco la factura de la luz podremos cuidar la salud de nuestros ojos. Los expertos recomiendan que el aire ronde los 24 o 25 grados centígrados.
Ante esta sequedad provocada por los aparatos y por las temperaturas podemos echar mano de la lágrima artificial. Un producto que previene y alivia estos incomodos síntomas.
Cloro
El cloro es un producto químico indispensable para que el agua de las piscinas se mantenga en condiciones de salubridad. De lo contrario, estaríamos contribuyendo a la propagación de enfermedades e infecciones. Seguro que alguna vez, tras un largo día de baños en la piscina, hemos visto enrojecidos nuestros ojos. Es entonces cuando podemos lavarnos con agua del grifo, a temperatura ambiente y aplicar unas gotas de colirio. Lo mejor para evitar esto es utilizar gafas de bucear en la piscina.
Sal
La sal del mar hace que nos piquen bastante los ojos haciendo muy incómodo el baño si lo que queremos es bucear un poco. Obviamente, lo mejor es utilizar gafas apropiadas para la inmersión.
Lentes de contacto
Lo mejor es que te las quites cuando te vayas a dar un baño. Esta advertencia incluye a los ríos, aguas termales o jacuzzies. Las lentillas, en su composición, tiene una gran parte de agua para que el ojo al llevarlas reciba oxígeno y sean cómodas de llevar. Si te bañas con ellas, las estarás exponiendo a que pierdan su contenido acuoso y se te queden pegadas a la superficie ocular. Pueden llegar a provocarte alguna herida si se te complica el momento de quitártelas.
Arena
Si un pequeño grano de arena se te mete en los ojos vas a sufrir. Para evitar que esto pase puedes llevar en la playa siempre unas buenas gafas de sol. Una vez que tengamos arena en el ojo, lávate o ponte gotas de suero fisiológico para arrastrar el cuerpo extraño.
Sol
Los médicos no cesan de alertar de los peligros de sol para la piel recordando lo importante que es el uso de un alto factor de protección. A los ojos tampoco les siente demasiado bien la sobrexposición de estos meses, en los que la radiación ultravioleta es elevada. Al pasar más tiempo al aire libre tenemos que tener especial cuidado ante enfermedades como la queratitis superficial (quemaduras corneales) o lesiones conjuntivales o quemaduras en la retina.
Hazte con un sombrero o gorra para proteger tu piel y ojos del sol y con unas buenas gafas. No sirven cualquiera. Invierte en unas y olvídate de las que venden en mercadillos y puestos ambulantes.
Las gafas de sol deben tener la etiqueta CE, esto indica que cumple los requisitos de fabricación europea y un filtro homologado que impidan el paso del 100% de la radiación UV.
Lávate las manos
Este consejo que todos hemos escuchado desde pequeños y que en la pandemia de Covid se hizo constante esta recomendación que, tiene su razón de ser, en lo que a la salud ocular se refiere. Con el calor y el sudor estamos favoreciendo que nuestras manos estén llenas de gérmenes. Y como, la pandemia confirmó, nos tocamos la cara unas tres veces al día, con lo que la posibilidad de que algo de suciedad acabe irritando nuestros ojos es alta.
Tenemos todo el verano por delante para disfrutar del aire libre, baños en el mar y actividades náuticas, así que toma nota de estas recomendaciones para velar por tus ojos e incluye alimentos con betacarotenos para cuidar tu vista. Además, aprovecha y deja, en tus días de vacaciones, de lado las pantallas, tal y como recomiendan siempre los oculistas.
Es el momento de vivir a tope lo que el verano nos ofrece sean festivales de música, increíbles viajes o asombrosa naturaleza.