Especial
El arte de ser Brad Pitt: Las desconocidas profesiones artísticas más allá del cine que tiene y no te esperas
El actor ha diversificado en su carrera en los últimos años con proyectos... Únicos
Ser Brad Pitt no debe ser sencillo —salvando el hecho de su millonaria cuenta bancaria, claro—, o al menos, en cuanto a expectativas se refiere. El actor estadounidense es uno de los grandes iconos de Hollywood, una de las estrellas de referencia que siguen congregando a miles de espectadores a lo largo del planeta y, por qué no decirlo, uno de los favoritos de la prensa rosa. Eso sí, él tiene muy claro que sus hobbies van primero. ¿O tal vez nuevas profesiones?
Asustó al mundo con una noticia que muchos se tomaron como una tragedia: su retiro del cine está cerca, o al menos eso dijo él mientras promocionaba Bullet Train. Luego le siguió la caótica Babylon, y en un futuro cercano estrenará Wolves —que le reunirá en pantalla con George Clooney— y una película sobre Fórmula 1 para la que se ha preparado en un circuito real. Aun así, tiene tiempo para otras curiosas pasiones.
Y es que, más allá de esa vena vinícola que le surgió junto a Angelina Jolie con la compra de las bodegas francesas Miraval en 2008 —un bien que, por cierto, se convirtió en uno de los elementos más controvertidos de su divorcio—; el estadounidense ha trasteado con la música con un potencial que le haría un nombre también en la industria discográfica. Precisamente, gracias a formar parte de un lugar en el que se han creado algunos de los discos más famosos de la historia de la música.
Brad, productor musical de moda
El colmo para la perfección que muchos admiten que tiene Brad sería que fuera todo un artista en la música... Y aunque posiblemente lo sea, su otra ocupación más allá de las cámaras no puede demostrarlo. Pero sí relacionarlo: es propietario de los estudios Miraval —sí, situados en la misma bodega que compró con Angelina—, fundados en 1977 y con una trayectoria en el tiempo que incluye el paso de bandas como AC/DC, The Cure, Sting, George Michael o Pink Floyd —quienes grabaron el archiconocido The Wall allí— y que echaron el cierre en 2005. En 2022, sin embargo, el protagonista de Érase Una Vez En Hollywood quiso abrazar el proyecto no solo invirtiendo en él, sino también rediseñando el espacio junto a Damien Quintard.
"Queríamos crear un espacio en el que poder ser libres y fue en esa máxima en la que nos movimos: vamos a hacer un santuario", declaró Pitt a Billboard, en una frase que la web oficial de los estudios muestran orgullosos. En cuanto a cómo les quedó, el resultado habla por sí solo: un ambiente moderno y diáfano que contrasta con la naturaleza que rodea al paisaje, que también se tiene en cuenta a la hora de plasmar "la experiencia" de los estudios.
Si tendrá que ver en las producciones musicales que allí se fragüen es todo un misterio —la carrera de Pitt tampoco parece haber tirado por la música, de todas maneras—, pero sí que es evidente que está orgulloso del proyecto que le ha llevado a revitalizar uno de los estudios más míticos del último siglo. Aunque sí hablamos de proyectos propios, la otra faceta de Brad puede sorprender hasta a los más escépticos.
Pitt, pupilo de Miguel Ángel
Vale, quizá su otra afición no beba de manera directa del estilo renacentista; pero sí tiene que ver con la escultura. Y es que, lejos de querer invertir en arte como sí lo ha hecho con los estudios Miraval, el actor se ha manchado las manos en más de una ocasión para mostrar sus propias piezas. Y no son pocas, ni banales.
Fueron descubiertas al público en una exposición en Finlandia junto a otras que firmaban el músico Nick Cave y el artista Thomas Houseago, aunque las de Pitt consiguieron gran atención mediática gracias a su peculiaridad. Algunas de las más reconocibles fueron sus maquetas en forma de casa, algunas de madera —al más puro estilo Homer Simpson— y otras en silicona.
Pero no se quedó ahí. Pitt no quiso cortarse las alas ni ponerse límites, y también presentó obras de menor y mayor tamaño que esas casas. Y no es que tuviera referencias: lo mismo presentó un conjunto de sujetavelas —sin dobles sentidos— que un mural enorme que puede herir sensibilidades a los espectadores más sensibles. Traduciéndolo en su carrera, es la Se7en de sus piezas.
Apuntándote me vi, pero era demasiado tarde esta vez —Aiming at you I saw me but it was too late this time en su versión original— presenta un mural en yeso que retrata la escena de un tiroteo entre ocho figuras. Su mensaje parece otorgárselo el título, aunque lo explícito llega al ver la sangre en la cabeza de los protagonistas.
No son las únicas obras que presentó Brad, y seguramente no son las únicas que hiciera. Parece que su afición comenzó en 2017, tras el divorcio, algo que podría suponerse como un método de escape. Él nunca lo ha llegado a confirmar, aunque sí declaró a los medios finlandeses lo siguiente: "Para mí, se trata de la autorreflexión... Nació de la propiedad que yo llamo "inventario radical del yo". Y ser brutalmente honesto conmigo teniendo en cuenta a aquellos a los que he podido hacer daño y los momentos en los que me equivoqué". Guau.
Todo apunta a que esta diversificación, ya sea en la música o la escultura, podría significar que su retiro está cerca; aunque sus seguidores más leales lo pueden ver como una forma de seguir conectados a su arte, pese a ser un canal distinto. Sea como sea, sus papeles ya están inmortalizados para la posteridad.
Javier Rodrigo Saavedra
Cine y música. Música y cine. Y más, claro. Me encontrarás en todo tipo de saraos cubriendo todo, desde...