Crítica 'Pared con pared': La celebración de Aitana... y poco más
La artista protagoniza su primera película con un resultado sorprendentemente aceptable
Canta, actúa y pinta, escribe poemas, todo lo hace bien. Lo dijo hace 24 años La Oreja de Van Gogh describiendo a una reina del pop, aunque lo cierto es que Aitana había nacido tan solo un año antes. Y ahora nos lo está demostrando.
Sabemos que canta —¿quién no ha escuchado todavía alpha?—, pinta y escribe poemas —quien la siguió después de salir de OT2017, sabrá que ilustró y escribió un poemario, La tinta de mis ojos—, y ahora ha demostrado que se mueve cómodamente dentro del séptimo arte. La artista ha decidido tocar techo este 2024 estrenando su primera película, que no se aleja de su debut televisivo, pero que es más que digno para su público.
Del proyecto sabíamos todo, menos su fecha de estreno: teníamos un breve teaser de cuando comenzó su rodaje —¡casi 2 años antes que su estreno en Netflix!—, se desveló quién le acompañaría en el reparto e incluso su sinopsis, ya que adaptaba una película francesa de 2015. Solo hacía falta que la plataforma dijera que sería el 12 de abril el día elegido para mostrarle al mundo la cinta, que parece ser todo un producto destinado a ensalzar a la extriunfita.
Pared con pared | Tráiler oficial | Netflix España
La trama sigue el nuevo comienzo de Valentina, que se muda dejando atrás una relación sobreprotectora para perseguir a regañadientes su sueño de ser pianista. Sin embargo, pronto se dará cuenta de que tiene un vecino muy sensible al ruido, pero también propenso a producirlo. Por supuesto, ni un tabique entre medias impedirá que empiecen a conocerse poco a poco.
Pared con pared, Aitana con Aitana
Valentina tiene muchas diferencias con Aitana, aunque evidentemente ganan las similitudes. Es imposible no pensar en esa chica de 18 años que llegó a lo más alto de la industria musical a golpe de Teléfono —no por contactos, sino de aquel repudiado primer single— y que todo el delirio colectivo del regreso de Operación Triunfo siguió con lupa.
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Puede llamarse de otra manera y ser pelirroja, pero su trama no nos deja ver a otra que a Aitana. Su interpretación, en cambio, sí: tal vez peca de impostar la inocencia, pero termina con un resultado aceptable más que creíble en muchas escenas. Quizá sea por su proximidad al personaje y a algunos momentos de su vida, pero termina mostrando una emoción muy acorde con el género del proyecto.
Pese a ello, son las casualidades con la realidad las que más nutren la película: Aitana dejándolo todo por un sueño, una riña con un vecino que bien podría remontarse a la cruzada de rellano de Ana Guerra, y que el ex de Valentina sea el mismo que el de ésta última hace unos años, Miguel Ángel Muñoz. Risas hay, pero también mucho meta-salseo.
Una Rom-com aceptable
En un año en el que la comedia romántica sigue al alza —Cualquiera menos tú parece haber convertido lo que era discreto en un fenómeno de taquilla, y se esperan más títulos—, Pared con pared demuestra que es una dignísima película dentro del género. Aunque el parámetro sea atenerse a la máxima de estas películas: ver algo que te haga desconectar, sacar alguna sonrisa e incluso emocionarte en algunos puntos.
La química con Fernando Guallar está, pese a ser difícil de identificar —no es seguro si es más meritorio mostrarla solo con diálogos a través de un muro, o es eso precisamente lo que es más sencillo—, y cuenta con unos secundarios de lujo. Un Paco Tous bien campechano y un Adam Jezierski muy cómodo en su papel lo confirman; aunque también ese perturbador Miguel Ángel Muñoz en el rol de ex paternalista.
No sabemos si Aitana iba muy en serio en Ella bailaba —"ya no quiere ser actriz", decía literalmente en el tema—, pero la intérprete de AQYNE puede seguir de manera cómoda en este oficio. Eso sí, tal vez le falle la versatilidad ante la cámara; a no ser que Almodóvar se decida a formalizar su fichaje. Por el momento, sus fans pueden disfrutar a lo grande de Valentina y su idilio vecinal perfecto para desconectar.
Pared con pared se estrena el 12 de abril en Netflix.
Javier Rodrigo Saavedra
Cine y música. Música y cine. Y más, claro. Me...