Especial
13 años de ‘Born This Way’: El disco que retó a la Iglesia, se grabó en Madrid y le dio un castillo a Lady Gaga
Cuando la Mother Monster conquistó el mundo a golpe de la diversidad y controversia
I'm beautiful in my way, 'cause God makes no mistakes, I'm on the right track baby, I was born this way... y llegaron los aplausos. Lady Gaga acababa de ganar el máximo galardón de VMAs por el videoclip de Bad Romance, y lo primero que hizo fue cumplir la promesa que les hizo a sus fans, los Little Monsters: diría el nombre de su próximo single, Born This Way. Finalmente, se animó a cantar el estribillo a capella.
Lo hizo ataviada en un vestido hecho con carne cruda que topó titulares de todo el mundo y con Cher detrás —"nunca pensé que le pediría a Cher que me sujetara mi bolso de carne", fueron las palabras que dejó para el recuerdo—, en un momento tan loco que solo podía convertirse en historia del pop. The Fame Monster, su segundo disco —muchos lo consideran un mero EP de The Fame, su debut—, le había dado un Moonman que solo eclipsaría una gran victoria en los Grammy que se celebrarían tan solo medio año después; aunque ella ya estaba en otra era. En la era Born This Way.
Con apenas un estribillo, sus seguidores ya veían que el tema giraría en torno a aceptarse a sí mismo, un pretexto que con Gaga podría trascender a algo mucho más grande que una letra que abrazaba el positivismo. Y así fue: la neoyorquina lanzó al mundo todo un himno que le cantaba a la libertad de ser uno mismo y abrazó la igualdad racial, sexual, de género y hasta de espiritualidad. Y su estreno la encumbró —si es que no se le consideraba ya así— como uno de los mayores iconos LGTBBI+ de la música.
El 23 de mayo de 2011, una Stefani Joanne Angelina Germanotta consagrada como la Mother Monster de miles de fans alrededor del mundo presentaba al mundo Born This Way —después de tres singles que sirvieron de adelanto—, un disco que hasta entonces proclamaba como el mejor de su carrera y que revolucionó la música a nivel estilístico como comercial. Y no solo en el pop, pues BTW no pecaba de ser un disco precisamente encorsetado en un solo género.
En un tracklist de catorce canciones —dieciséis, si se cuentan las de su versión Deluxe—, Gaga jugó con el pop rock teñido de metal en Electric Chapel, el tecno de Government Hooker y el trance de Heavy Metal Lover; y todo bajo la transición natural del dance por el que la artista se movía cómodamente desde su debut. Pero no se quedó ahí, pues experimentó también con campanas y autotune, incluso atreviéndose a cambiar de lengua: el mariachi de Americano iba acompañado de un español algo confuso, y en el synthpop de Sheiße, rapeaba en alemán.
Cabe destacar que, aunque también se grabó en los míticos estudios de Abbey Road y en Nueva York, Lady Gaga viajó a Madrid para completar el disco. Fue en Boadilla del Monte, en los estudios PKO; algo que no todo el mundo sabe y se llevó en secreto para evitar filtraciones de cualquier tipo.
La promoción de este disco fue el máximo exponente de la era pre-streaming, mimando cada single con varios meses de actuaciones en directo. De ellas, se recuerdan algunas tan llamativas como ese Born This Way por el que pasó metida dentro de un huevo por la alfombra de los Grammy, el The Edge Of Glory con el que se tiró al vació en American Idol, el Yoü and I que interpretó travestida como su álter ego masculino en los VMAs o el Marry The Night que cantó subida a una Luna gigante en los EMAs.
Y fue precisamente a estas interpretaciones en vivo fue en las que más presumió de colaboradores. Gaga siempre dijo orgullosa que no colaboraría con nadie en su tercer disco, sobre todo después de haberse quedado bien satisfecha grabando Telephone junto a Beyoncé. Sin embargo, la parte instrumental de sus canciones acabaron con nombres como Clarence Simons o el mismísimo Brian May al saxo y a la guitarra eléctrica en The Edge of Glory y Hair o Yoü & I, respectivamente.
La polémica hecha videoclip
Aunque si hay algo en lo que arriesgara más que en los estilos musicales, fue en los videoclips. El 11 de febrero de 2011 no solo estrenaba la canción que marcaría toda esta era, sino también un vídeo que funcionaba como cortometraje con historia propia. Por supuesto, empezó de la manera más Gaga que podía: con una buena controversia.
Obviando que fue censurada en algunos países por promover la diversidad, se consideró un posible plagio con el vídeo de Express Yourself (1989) de Madonna. Para muchos fue la gota que colmó el vaso para un enfrentamiento que los medios llevaban alentando desde hacía un par de años; para otros, una mera coincidencia, homenaje o provocación que disimulaba la intención de ser un relevo generacional en el trono del pop.
Pero todo eso quedó en nada cuando el mundo conoció Judas, un tema que habla sobre querer al hombre equivocado... con una metáfora sobre uno de los peores villanos de la religión. Pero si escribir una canción en la que María Magdalena canta sobre estar enamorada del apóstol que traicionó a Cristo tenía todas las papeletas para que Gaga fuese acusada de blasfemia, lanzar el single en plena Semana Santa agotó por completo la paciencia católica.
Eso sí, su iconografía era tan potente como nunca antes se había visto en un vídeo de la artista. Cogió a uno de los actores del momento —Norman Reedus, que triunfaba gracias a su papel de Daryl en The Walking Dead—, puso un Jesús con ascendencia latina —el actor Rick Gonzalez— y regaló imágenes tan provocativas como ella siendo lapidada.
Tras esto, The Edge Of Glory no fue demasiado destacable —apostó por el minimalismo en un vídeo de tres minutos bailando por un decorado de calle neoyorquina con un modelito de Versace—, pero Yoü And I volvió a la carga. Con el que fue su cuarto single presentó a Jo Calderone, un álter ego masculino cuyo personaje mantuvo en toda la gala de los VMAs de 2011 —y que casi se besa en directo con Britney Spears, algo que la artista solo rechazó porque "ya lo había hecho", referenciando a su beso con Madonna en 2004— y toda una historia que representa a su exnovio con un actor que acabó convirtiéndose en su pareja, Taylor Kinney. Como colofón, Marry The Night y sus casi catorce minutos de metraje —sigue siendo el videoclip más largo de su discografía— dejaron a gusto de los conspiranoicos todo tipo de teorías acerca de abortos y el suicidio.
La gira que le dio la corona (y el peor trono)
La Mosnter Ball fue la primera gira mundial de Gaga, recordada por ser el tour que llevaba un vestido que se movía solo, unos aros de metal al más puro estilo hombre de vitruvio de Da Vinci y un monstruo gigante que se la comía para luego salir de sus entrañas con un sujetador que lanzaba llamas desde sus copas. ¿Cómo podía superar esto? Estaba claro, al menos para ella: con un castillo de dimensiones reales sobre el escenario.
The Born This Way Ball empezó en Corea del Sur y acabó en Canadá, con casi una centena de fechas y 10 meses de gira. Por supuesto, una de sus intenciones fue romper con lo que todo el mundo esperaba de ella después de la gira que acompañó a The Fame Monster, y para ello volvió a retar su propia creativad. Más allá del mencionado castillo, se convertía en una moto tal y como posó en la portada del disco, tenía un outfit que homenajeaba al vestido de carne que lució en 2010 y llegaba a salir de una vagina gigante.
Siguiendo el espíritu del disco —nunca faltaron declaraciones sobre haber hecho ese disco por y para los Little Monsters—, se diseñó una pista con una pasarela que dejaba un espacio muy cercano al escenario en el que, lejos de querer convertirlo en una entrada VIP que habría estado de lo más demandada, su equipo invitaba a los fans más entregados de la cola para que viesen a su ídola bien de cerca durante todo el show. Y de hecho, eso hizo que un grupo reducido de fans vieran uno de los peores momentos de toda su carrera.
Fue en la fecha de Montreal (Canadá) cuando Gaga soltó un grito ensordecedor que eclipsó sus versos en alemán de Sheiße. La cantante había estado ocultando una lesión de cadera que se volvió inaguantable en pleno directo y que le pasó factura en plena coreografía, algo que hizo que parase el show... y toda la gira. Tuvo que salir de allí en silla de ruedas y ser operada de urgencia, algo que comunicó con mucho pesar por los pocos conciertos que le quedaban por dar.
Todo un legado
Pese a no llevarse ningún Grammy —lo peor del disco fue ser coetáneo del exitoso 21 de Adele—, BTW siempre ha sido uno de los trabajos más recordados de la artista, llegando incluso a disputarse entre sus fans el puesto a mejor álbum con TFM. Su sucesor también prometía ser otra joya en su carrera, aunque la pésima organización de ARTPOP con respecto a su promoción hizo que pasase sin pena ni gloria, llegando a ganarse incluso la indiferencia de la propia Gaga.
Diez años después, varios cantantes lanzaron un disco de versiones homenajeando algunos de sus temas. La artista no prestó su voz para nada, aunque sí lo hicieron Big Freedia, Kylie Minogue, Orville Peck, Ben Platt y el ahora eurovisivo Olly Alexander, de Years & Years, entre otros. El estreno vino acompañado de un evento en California en el que se presentó un graffiti gigante con el nombre del álbum.
Pero más allá de lo musical, y antes de pasar a sus futuros proyectos, Gaga siguió promoviendo el mensaje del disco a través de la Born This Way Foundation. La intérprete de Bad Kids creó junto con su madre, Cynthia Germanotta, una asociación en la que "se apoya la salud mental de la gente joven y se trabaja con ellos para construir un mundo más agradable y valiente". A día de hoy, sigue vigente.
Trece años después, la carrera de Lady Gaga es muy distinta. La actriz está de lo más centrada en el cine, aunque sin olvidar la música —ya ha vuelto al estudio de grabación, y tiene un documental sobre la breve gira de Chromatica— y sin renunciar a mostrar tu esencia sin importar lo que opine el mundo. Una fórmula que le convirtió en estrella, y que ayudó a miles de personas alrededor del mundo a mirarse al espejo y repetirse en bucle que solo importaba quienes eran, no cómo eran o a quién amaban. Básicamente: Don't be a drag, just be a queen.
Javier Rodrigo Saavedra
Cine y música. Música y cine. Y más, claro. Me encontrarás en todo tipo de saraos cubriendo todo, desde...